lunes, 2 de septiembre de 2013

Crónica de un lomero

“Hubo una época en donde sentía que no encajaba en el grupo”.

“Las cosas se me juntaron y hasta pensé en renunciar al voluntariado”.

Chicos, ¿qué tal? Les escribe Juan Manuel Rivera, jefe de comunicaciones de Proyecto Lomas. Este post es un poco diferente al anterior porque no escribiré sobre alguna opinión relacionada al rubro de lomas, sino a algo un poco más personal; mi experiencia como parte de la organización.

Con algunos lomeros nos conocemos desde la época del cole y con otros tenemos desarrollados grandes lazos y estos fueron los que me llevaron al mundo del voluntariado. Uno de ellos me impulsó a participar en actividades pequeñas pero de gran repercusión, como recoger basura en las playas o plantar pequeños árboles en asentamientos humanos. Al inicio uno puede pensar ‘qué flojera, qué pérdida de tiempo’, pero cuando uno está en la cancha el hecho de ver a otros jóvenes trabajando desinteresadamente por estas comunidades te hace reflexionar sobre lo afortunado que es uno. Es cierto que la recompensa no es económica, pero es algo espiritual; algo que uno lleva adentro y lo impulsa a seguir adelante.

Como estudié ciencias de la comunicación, trabajé todo el año pasado en una consultora de comunicación organizacional y por ello aprendí varias cosas sobre habilidades de comunicación, liderazgo y manejo de equipos; sin embargo, el diseño y el arte siempre me han llamado bastante la atención, por ello siempre trato de ver cada detalle en los avisos que creamos en el área o la fotografía que se ha de colocar.

No obstante, no todo al inicio fue sencillo porque, a diferencia de los otros integrantes, yo fui convocado para participar en el área y como quería que este proyecto funcione acepté, como resultado metí la pata varias veces.

No conocía mucho del rubro porque no soy biólogo o tengo conocimientos afines y en un grupo con varias personalidades uno tiende a chocar con algunas personas y a veces llegué a sentir que no encajaba. Las responsabilidades y las reuniones llegaban, pasaban los meses y me sentía perdido y presionado, incluso recuerdo que estaba tan nervioso la primera vez que tuvimos un evento en el parque de la amistad que tuve que llamar a otro lomero para que me apoye porque yo mismo me trabé en cosas que no conocía, aparte en mi casa querían que priorice el tema de la licenciatura y me venía más chamba… las cosas se me juntaron e incluso pensé abandonar el voluntariado… creo que eso nos pasa a todos ¿no? El llegar a un nuevo grupo y familiarizarse a su cultura toma tiempo y paciencia.

Sin embargo, gracias a las excursiones en las lomas pude descubrir lo hermosa que es la flor de amancaes, conocí a los habitantes que quieren proteger los ecosistemas y el hecho de tener la oportunidad de crecer como persona me impulsaron a continuar. Los meses han pasado muy muy rápido y toda esa experiencia creo que he logrado interiorizarla para poder comunicarla justamente a todos ustedes.

El camino siempre va a tener piedras, se van a cometer errores y algunas metidas de pata, pero el tema es saber levantarse y seguir aprendiendo.



2 comentarios:

  1. Que lindo Juanma te felicito tu blog me encato y sobre todo me motivo.........

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