lunes, 30 de septiembre de 2013

Algunos aportes sobre la importancia de la participación de los beneficiarios en los programas de desarrollo

Diversos estudios realizados en el Perú sobre la implementación de programas de desarrollo señalan que uno de los principales problemas es la relación con el contexto[1].

Si bien son diversos los elementos que conforman el entorno en el cual se trabaja, uno de los más importantes son los beneficiarios. En muchos casos, se considera que estos son actores neutrales, sin tener en cuenta que tienen sus propias visiones, valores, intereses y conocimientos propios. Por otro lado, es necesario resaltar que la implementación de programas no es una vía de un solo sentido: también se encuentran aquellos actores que, desde su propio punto de vista, buscan la mejor manera de llevar a cabo el programa. En este sentido, “se tienen al menos dos tipos de actores, cada uno con un tipo de información diferente”[2] .

La problemática inicia cuando uno de estos busca imponerse al otro, sin tomar en cuenta la información que su contraparte podría aportar y que sería sumamente importante. Desde los beneficiarios, su conocimiento del entorno y características locales es fundamental para entender, como señalamos líneas arriba, el contexto donde un programa se llevará a cabo; desde los que implementan el programa, su conocimiento de experiencias globales y fundamentos científicos de las mismas contribuyen a una adecuada y acertada implementación.

Más allá de las metodologías para lograr que estos dos tipos de conocimientos se conjuguen, que no dejan de ser necesarias, es importante lograr su participación de manera activa: cuestionando la labor del Estado, organizaciones, entre otros y, a su vez, contribuyendo con aportes sustanciales para la planificación e implementación de los programas.

En muchos casos, el público objetivo se encuentra disperso, por lo que su participación se dificulta. La formación de organizaciones vecinales permite a los ciudadanos su intervención en instancias donde su voz, de manera individual, no podría llegar, así como sus demandas, aportes e ideas. De igual manera, su organización en un colectivo permite a los organismos que implementan los programas una mejor planificación, así como también afrontar mejor las contingencias que pudieran surgir en el contexto donde se trabaja.

Por lo expuesto anteriormente, la participación activa de los beneficiarios es fundamental para la implementación de programas. Además, en el caso de Proyecto Lomas es clave para lograr sostenibilidad en tanto se busca una intervención que provenga desde adentro, de la apropiación y la toma de decisiones de la población intervenida para que esta perdure, se mantenga y genere cambios a largo plazo[3].



Autores: Área de Desarrollo Social


[1]COHEN, Ernesto, et al. (1998). Metodología para el análisis de la gestión de programas sociales. Vol. 2. Serie Políticas Sociales 25. Comisión Económica para América Latina y El Caribe. P. 11. [Consultada el 23 de setiembre del 2013. Versión en línea: http://www.eclac.org/publicaciones/xml/5/6565/lcl1114_AddI.pdf]
[2] LA TORRE-CUADROS, María, et al. (2012). Fortalecimiento de capacidades para la gestión del Santuario Nacional Pampa Hermosa: Construyendo las bases para un manejo adaptativo para el desarrollo local. Memoria del Proyecto. ICRAF Working paper N° 141. World Agroforestry Centre (ICRAF) y Center for Biodiversity and Conservation (CBC) at the American Museum of Natural History, New York. Lima, Perú. P. 27. [Versión en línea: http://intranet.sernanp.gob.pe:8080/xmlui/bitstream/handle/123456789/1035/WP-PAMPAHERMOSA.pdf?sequence=1]
[3] Ibid, p. 12. 

jueves, 19 de septiembre de 2013

¿Investigar, para qué? Algunas reflexiones sobre la investigación en la gestión de ecosistemas para el desarrollo social

Desde todos los sectores de la sociedad, cada uno con sus particularidades, se reconoce a la investigación científica como una herramienta necesaria y fundamental para la gestión y el desarrollo; sin embargo, ante la pregunta clave ¿y frente a esa necesidad, la academia ha respondido adecuadamente a la demanda de la sociedad, hemos sabido impactar en los grandes desafíos del país que tanto anhelamos tratar y resolver? Es entonces que aparecen caras largas, y por cierto, no pocas decepciones por parte de los actores sociales.
¿Y por qué no hemos estado a la altura? Entre tantas razones extrínsecas e intrínsecas al investigador, quiero tratar dos puntos que considero de suma relevancia: la consciencia e involucramiento social y la interdisciplinariedad.

La responsabilidad es una noción humanista ética que sólo tiene sentido para un sujeto consciente, eliminada por la ciencia en la búsqueda de la objetividad” dice el gran pensador francés Edgar Morin1, es decir que desde un puro ejercicio intelectual, la labor social no surge. Es durante la experiencia, la vivencia de la realidad compleja, y muchas veces dura, y en base a las interpretaciones subjetivas que cada uno realice, que puede generarse un impulso interno a realizar un trabajo que extienda su alcance meramente académico y pueda realizar un impacto mayor.

¿Simple? No. ¿Necesario? Estoy convencido que sí, y ciertamente no es fácil ni cómodo. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” dice el poeta. Pero ese es el gran desafío, encarar un campo para el cual casi no nos han formado las universidades (y en algunos casos ni lo han intentado) y hacerlo convencido de que, a pesar de las críticas y errores, uno pueda ir fortaleciendo la sapiencia en el conocimiento del lugar a gestionar y de la población a beneficiarse. Todo nuestro país espera mucho de nosotros y creo que, con la adecuada predisposición, podemos dar mucho como personas de academia, no con “respuestas y verdades”, ni con el complejo de Moisés, sino brindando mayores elementos de análisis crítico que permitan una mejor elucidación de respuestas para la gestión.

Pero aquí surge otra disyuntiva, ¿y se puede hacer bien un trabajo complejo de gestión de recursos naturales y de impacto social desde solo una disciplina?, ¿podríamos gestionar bien nuestra casa si solo supiésemos, por ejemplo, preparar la comida?, ¿y si solo nos encargamos de cuidar la salud de la familia? Es evidente que un trabajo integral es necesario. Lo mismo sucede en ecosistemas de dimensiones inmensas, tanto que muchas veces nos perdemos en el mar de temas y tocando algunos urgentes pero no necesariamente importantes. Ahí surge la labor interdisciplinaria, en tratar de comprender el todo y reconocer los puntos vitales para asegurar una gestión sostenible.

Surge entonces, el gran reto de preguntarse con humildad, ¿y qué aporto desde mi vertiente?, ¿qué aportan y qué puedo aprender de otras disciplinas?, en resumen, ¿cómo puedo aspirar a un trabajo interdisciplinario de amplio alcance? Complejo desafío que requiere una apertura mental y una constante predisposición a cambiar de parecer, de reinventarse, de forma que de un modo realista, crítico y científico, podamos tentar a una gestión que responda a los desafíos de la actualidad.

Ha llegado el momento de estar consciente de la complejidad de la realidad --física, biológica, social, política-- y de la realidad de la complejidad. Ha llegado el momento de tomar conciencia de que una ciencia carente de reflexión y una filosofía puramente especulativa son insuficientes.” 1

¿Asumiremos el gran reto que tenemos al frente? Al menos desde nosotros, desde Proyecto Lomas, el compromiso está hecho, a un nivel inicial, embrionario, pero así se empieza. ¿Y tú?, ¿crees que el científico debiera involucrarse en esto?, ¿cómo aporta tu disciplina al desarrollo nacional, es suficiente?, ¿y tú vecino, qué esperas o esperabas de la academia?
¿Qué opinas?


(1) Morin, Edgar. 1982. Ciencia con conciencia. Disponible en: www.edgarmorin.org

Autor: Juan Diego Del Castillo

lunes, 2 de septiembre de 2013

Crónica de un lomero

“Hubo una época en donde sentía que no encajaba en el grupo”.

“Las cosas se me juntaron y hasta pensé en renunciar al voluntariado”.

Chicos, ¿qué tal? Les escribe Juan Manuel Rivera, jefe de comunicaciones de Proyecto Lomas. Este post es un poco diferente al anterior porque no escribiré sobre alguna opinión relacionada al rubro de lomas, sino a algo un poco más personal; mi experiencia como parte de la organización.

Con algunos lomeros nos conocemos desde la época del cole y con otros tenemos desarrollados grandes lazos y estos fueron los que me llevaron al mundo del voluntariado. Uno de ellos me impulsó a participar en actividades pequeñas pero de gran repercusión, como recoger basura en las playas o plantar pequeños árboles en asentamientos humanos. Al inicio uno puede pensar ‘qué flojera, qué pérdida de tiempo’, pero cuando uno está en la cancha el hecho de ver a otros jóvenes trabajando desinteresadamente por estas comunidades te hace reflexionar sobre lo afortunado que es uno. Es cierto que la recompensa no es económica, pero es algo espiritual; algo que uno lleva adentro y lo impulsa a seguir adelante.

Como estudié ciencias de la comunicación, trabajé todo el año pasado en una consultora de comunicación organizacional y por ello aprendí varias cosas sobre habilidades de comunicación, liderazgo y manejo de equipos; sin embargo, el diseño y el arte siempre me han llamado bastante la atención, por ello siempre trato de ver cada detalle en los avisos que creamos en el área o la fotografía que se ha de colocar.

No obstante, no todo al inicio fue sencillo porque, a diferencia de los otros integrantes, yo fui convocado para participar en el área y como quería que este proyecto funcione acepté, como resultado metí la pata varias veces.

No conocía mucho del rubro porque no soy biólogo o tengo conocimientos afines y en un grupo con varias personalidades uno tiende a chocar con algunas personas y a veces llegué a sentir que no encajaba. Las responsabilidades y las reuniones llegaban, pasaban los meses y me sentía perdido y presionado, incluso recuerdo que estaba tan nervioso la primera vez que tuvimos un evento en el parque de la amistad que tuve que llamar a otro lomero para que me apoye porque yo mismo me trabé en cosas que no conocía, aparte en mi casa querían que priorice el tema de la licenciatura y me venía más chamba… las cosas se me juntaron e incluso pensé abandonar el voluntariado… creo que eso nos pasa a todos ¿no? El llegar a un nuevo grupo y familiarizarse a su cultura toma tiempo y paciencia.

Sin embargo, gracias a las excursiones en las lomas pude descubrir lo hermosa que es la flor de amancaes, conocí a los habitantes que quieren proteger los ecosistemas y el hecho de tener la oportunidad de crecer como persona me impulsaron a continuar. Los meses han pasado muy muy rápido y toda esa experiencia creo que he logrado interiorizarla para poder comunicarla justamente a todos ustedes.

El camino siempre va a tener piedras, se van a cometer errores y algunas metidas de pata, pero el tema es saber levantarse y seguir aprendiendo.



martes, 27 de agosto de 2013

Instituciones locales: clave para la conservación de lomas

Las instituciones locales en las lomas de Lima juegan un rol fundamental en la conservación y gestión del ecosistema. Ellas poseen el registro histórico de diferentes experiencias llevadas a cabo en su zona de intervención, así como una experiencia única respecto a otras instituciones no permanentes o transitorias (como ONGs o instituciones públicas de mayor rango). Pero, más allá del carácter experimental de ellas, poseen elementos importantes que pueden servir de insumos sociales para estrategias de conservación ambiciosas: motivación, identidad y compromiso.

En todas las lomas y distritos de Lima existen diferentes instituciones -entendidas como asociaciones o grupos que buscan un fin más trascendental que el individual- que se encargan de impulsar estrategias y acciones dirigidas a la conservación de estos ecosistemas. En mi experiencia, he constatado que diferentes organizaciones ajenas a estos espacios se comunican en primera instancia con ellas para elaborar diagnósticos básicos para la implementación de proyectos, prestando mayor atención a su experiencia que a la de los municipios. Estas instituciones son las asociaciones civiles de trabajo local, dirigencias vecinales, colectivos, etc. En su mayoría operan de manera organizada, a veces colectiva, sin fines de lucro y se consolidan como ejecutores y responsables directos de la conservación de las lomas.

Son estas organizaciones locales las que son puntos claves en toda estrategia que desee implementar planes de conservación. Su fortalecimiento institucional debe sr uno de los ejes prioritarios de este trabajo. Puede lograrse a través de estrategias directas (como la capacitación de personas, apoyo técnico para implementación de proyectos o dotación de recursos financieros) o estrategias indirectas (difusión de actividades locales, visualización mediática y reconocimiento social como aliados estratégicos en niveles horizontales de trabajo).


Con instituciones locales más fortalecidas, los procesos de crecimiento interno y cobertura de servicios (como el de conservación) se verán potenciados y progresivamente podría alcanzarse un estado de independencia técnica y económica (uno de los fines últimos de los que hablan de “empoderamiento social”). Una dirigencia vecinal, grupo o asociación local fortalecida es capaz de generar convenios de trabajo de mayor alcance con otras instituciones del sector público o privado, implementar proyectos de desarrollo o canalizar recursos financieros y humanos de dimensiones más interesantes. Más aun, será capaz de proyectar elementos de su propia cultura organizacional y difundirlos en diferentes espacios, creando un contagio de motivación, identidad y compromiso capaz de involucrar a más actores en los fines relacionados a la conservación de las lomas. Por el contrario, instituciones poco desarrolladas, dependerán siempre de otras de mayor rango, generando resultados diferentes a los de un escenario contrario.

En la dimensión política de nuestra ciudad, para la Municipalidad Metropolitana de Lima con el programa “Lomas de Lima” supone un importante reto el dar cabida efectiva a estas instituciones locales. Por así decirlo, si se vende la idea de que la conservación de las lomas es una iniciativa que pertenece a la gestión de Susana Villarán únicamente y el siguiente alcalde no coincide con ella, podría desarticular los resultados obtenidos hasta la fecha. Caso contrario, lo impulsaría más al notarse un movimiento ciudadano sólido y comprometido, si queremos histórico, de participación ciudadana concreta.


En todo el panorama, son las instituciones locales las que deben ser protagonistas de la conservación de un ecosistema urbano particular como el de lomas. Es la mejor manera de asegurar viabilidad social, económica y ecológica en estas zonas de intervención. Quien no lo considere así, comete un grave error. ¿Ustedes qué opinan?



Autor: Diego Padilla

sábado, 17 de agosto de 2013

¡Bienvenidos al blog Lomás!

¡Chicos, este es el blog oficial de Proyecto Lomas, en el cual podremos compartir directamente con todos ustedes nuestras opiniones en base a los ámbitos de investigación y desarrollo social! 

El origen de nuestro nombre es justamente para darle un plus a nuestra organización, empleando los colores naranja (simbolizando a la juventud) y verde (por nuestro amor a la naturaleza). Además de ello, diseñamos una pequeña lechuza mensajera.


Esperamos su participación en nuestras publicaciones. 

¡Todos podemos ser lomeros! :)